La UISG convoca este
14 de agosto a una
Jornada de Oración
y Ayuno por la Paz
La iniciativa lanzada por la Unión Internacional de
Superioras Generales para el 14 de agosto, víspera de la festividad de la
Asunción de María: como mujeres presentes en las periferias del mundo e
inmersas en el sufrimiento de la humanidad, sentimos la urgencia de alzar la
voz, unir corazones y actuar.
Vatican News
Gaza, Sudán, Ucrania, Haití, República Democrática del
Congo, Siria, Myanmar. Las heridas del mundo están a la vista de todos. Rostros
marcados por el dolor, hogares destruidos, comunidades desgarradas. Las mujeres
y los niños a menudo pagan el precio más alto. Por esta razón, la UISG (Unión
Internacional de Superioras Generales) lanza un enérgico llamamiento: el 14 de
agosto de 2025, víspera de la festividad de la Asunción de María, se celebrará
una Jornada Mundial de Ayuno y Oración por la Paz, a la cual están invitados
todas las comunidades religiosas y cualquier persona que desee participar.
Los gestos concretos propuestos
"No podemos esperar. La paz se construye. Y se
construye juntos", reitera el llamamiento. En un mundo marcado por la
violencia, la UISG sigue creyendo que la luz del Evangelio, la justicia y la
fraternidad aún pueden brillar. Con María, Madre de la Esperanza, las hermanas
religiosas se unen en oración y testimonio. Con esta iniciativa, proponen tres
acciones concretas: orar juntas y reflexionar sobre la Palabra de Dios, ante
las guerras y crisis actuales; pedir justicia y reconciliación, instando a las
autoridades civiles y eclesiales a buscar caminos de paz, desarme y protección
de los derechos humanos; y actuar con solidaridad concreta, apoyando a quienes
sufren mediante redes de acogida y ayuda humanitaria.
La declaración de la UISG
En un mundo desgarrado por la guerra y la inhumanidad, no
podemos permanecer como espectadores silenciosos. Cada día vemos rostros
marcados por el dolor, vidas destruidas, personas privadas de dignidad y paz,
especialmente mujeres y niños. Como mujeres de esperanza, arraigadas en la fe e
inmersas en las heridas de nuestro tiempo, sentimos la profunda necesidad de
alzar la voz y unir nuestros corazones. Como mujeres en las fronteras,
acompañando a quienes sufren, escuchando el clamor de los pobres y de la tierra,
tenemos la responsabilidad de construir comunión, proteger la vida y exigir
justicia.
Una invitación para todos
Las religiosas de la Unión Internacional de Superioras
Generales, recordando el espíritu de comunión y la corresponsabilidad
evangélica, invitan a todos a unirse a un acto colectivo de oración,
discernimiento y testimonio, para que la paz no solo se anhele, sino que se
construya. El 14 de agosto es la fecha elegida para este día de ayuno y
oración, invocando la intercesión de la Madre de Dios, Nuestra Señora de la
Paz, cuya festividad se celebra el 15 de agosto. Encomendémonos a ella, para
que responda con ternura al clamor del pueblo y nos enseñe a ser una presencia
humilde y profética en los lugares de sufrimiento.
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